A 45 años del asesinato del Capitán Viola, le rinden homenaje en Yerba Buena

La Municipalidad de Yerba Buena, junto a otras organizaciones, rindió homenaje a quién fuera capitán del ejército argentino a 45 años de su asesinato y el de maría cristina Viola su pequeña hija de tan sólo 3 años, a manos del Ejército Revolucionarios del Pueblo (ERP).

Era domingo. El primero del mes de diciembre del año 1974.

Eran tiempos difíciles.

La Argentina estaba inmersa en un duro conflicto armado interno y comenzaba a desangrarse.

Ese día, la familia del capitán Humberto Antonio Viola, primero asistió a misa y cerca del mediodía enfilaron con dirección a la casa de los padres del capitán, donde los aguardaban para almorzar.
El reloj marcaba la una y cuarto de la tarde, Viola estacionó su Citroën Ami 8 en Ayacucho al 200, Barrio Sur, frente a la casa de sus padres, sin saber que allí lo aguardaban sus asesinos.

Eran 11.

Eran integrantes del llamado ejército revolucionario del pueblo, el mismo, los mismos, que sembraron el horror y la muerte en el país.

 La mujer estaba embarazada de cinco meses, descendió para abrir la puerta del garaje. Fue en ese momento que uno de los autos de los guerrilleros se puso a la altura del de Viola y desde allí dispararon con escopetas Itaka. Según la versión de los asesinos, los disparos golpearon en el parante delantero … “los balines” mataron a María Cristina en el acto, e hirieron gravemente a María Fernanda.

El capitán bajó del auto, pero a los pocos metros fue derribado por una ráfaga. Malherido y en el suelo fue rematado por otro guerrillero que, según declaraciones posteriores de la esposa de Viola, antes de disparar la miró a ella con una sonrisa burlona.

A 45 años de aquel horror, se rinde homenaje a una de las víctimas de aquellos años que se inscriben en la página más triste y oscura de nuestra historia, como Patria y como humanidad.

Como dicen Carlos Manfroni y Victoria Villarreal en su obra Los otros muertos, se trata de rescatar del olvido a estos inocentes, que un día vieron su vida modificada para siempre, cuyo sufrimiento no ha sido reparado, ni los terroristas han sido juzgados y condenados, es decir gozan de impunidad hasta el presente.

Más allá de los abusos del Estado durante la convulsionada década del 70, hay otra historia, que no se cuenta, que se oculta, cuyas víctimas han sido desaparecidas de la memoria... crímenes para los que no hay justificación alguna, porque, aunque el relato de los 70´s diga que los jóvenes idealistas luchaban contra la dictadura y por un mundo mejor, la realidad de los hechos los desmiente.

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