Hoy en Bienestar hablaremos sobre la adicción a las pantallas

En la era digital, la adicción a las pantallas se ha convertido en un tema de gran relevancia. Las clasificaciones internacionales, como el DSM-5 y el C11, reconocen esta problemática y sus efectos en la salud mental. El abuso excesivo de dispositivos puede dar lugar a una serie de trastornos mentales, incluyendo ansiedad y depresión.

Un uso prolongado de las pantallas puede impactar negativamente varios aspectos de la vida personal. Según estadísticas recientes, un argentino promedio pasaba más de 10 horas diarias frente a las pantallas en 2020, aunque este número se redujo a 7 horas en 2022. A pesar de esta disminución, cerca del 80% de los usuarios de redes sociales reportan sentimientos de soledad, lo que subraya la desconexión que puede generar la interacción digital.

La importancia de reducir el consumo de pantallas no puede subestimarse. Al hacerlo, no solo se pueden mejorar los síntomas relacionados con la adicción, sino también aumentar el bienestar general. Regular el uso del celular y prestar atención a nuestro entorno puede enriquecer nuestras experiencias diarias y nuestras relaciones interpersonales.

Para fomentar un estilo de vida más equilibrado, es recomendable implementar estrategias como establecer límites de tiempo en el uso de dispositivos, hacer pausas regulares y desconectarse antes de dormir. Actividades como salir a caminar, leer un libro o socializar en persona son formas efectivas de combatir la adicción a las pantallas y mejorar nuestra calidad de vida.

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