X
Aviso de cookies

Usamos cookies para personalizar tu experiencia y los anuncios que ves en éste website y en otros. Para obtener más información o cambiar los ajustes, haz click aquí. Siempre puedes cambiar la preferencia visitando la sección de Configuración de cookies al final de la página.

Declaran personalidad destacada a la primera mujer piloto argentina de acrobacia

El jueves próximo Jenny Dillon recibirá el reconocimiento.

Oriunda de La Plata, Jenny Dillon es la primera mujer argentina que realiza acrobacia en planeador en Argentina y la primera en sacar la licencia deportiva para acrobacia, emitida por la Federación Aeronáutica Internacional (FAI).

En 2019 se convirtió en la primera argentina en competir a nivel internacional en el National Aerobatic Championship (Austria), donde obtuvo el segundo puesto en la categoría Sport Glider. 

También formó parte del Equipo de Acrobacia, conformado por cuatro pilotos argentinos, que obtuvieron tres importantes premios en diferentes categorías, colocando a la Argentina en los mejores puestos de esa competencia.

Jenny trabaja con varias asociaciones para el fomento y la difusión de acrobacia y el rol de la mujer en ese ámbito. 

El próximo jueves recibirá el reconocimiento de "Personalidad Destacada" que le otorgará la Legislatura platense.

El arte de la acrobacia

La acrobacia en el aire tiene reglas muy definidas: hay familias de líneas, ángulos, radios y roles que, combinados, dan figuras. La precisión con la que se realicen estas figuras determina el puntaje en las competencias. Y Jenny obtuvo los mejores puntajes en las competencias nacionales.

La acrobacia aérea es una práctica que requiere mucho estudio en tierra y para la que no existen simuladores, al menos en el país. Para que la máquina se asemeje a la sensación de volar, tendría que poder girar en todas las direcciones. De forma similar a como se mueve Jenny en el aire cuando está dentro de un planeador. 

"La primera vez que volé acrobacia fue en mi primer vuelo en planeador, en Tandil, o sea que fue un doble debut. Y me parecía increíble que una aeronave sin motor pudiera volar en todas las posiciones. Volar invertido es una de las posiciones consideradas de las más incómodas, pero a mí me encanta y me resulta muy divertida", contó en una entrevista.

Aprender a volar

"Si bien desde el 2006 estoy vinculada con la acrobacia y tuve la oportunidad de volar un montón, acompañando como asistente a un acróbata de exhibición (shows aéreos), y lavando aviones, en el 2011 realicé mi primera instrucción formal en Asheville, Alabama; luego en Arlington, Texas durante 2014 y 2015 y en San Agustín, Florida, en 2017, todos en los Estados Unidos. En la Argentina no hay escuelas para aprender ni dónde entrenarse. Después empecé a volar acrobacia en planeador, y nos preparamos para la competencia de Austria. Tuve suerte de contar con amigos que vuelan acro y que me dieran instrucción en sus propias aeronaves", contó Jenny sobre sus comienzos.

Boda aérea

Jenny acumuló muchas millas desde antes de casarse y hace cinco años llegó a su boda piloteando un avión. Ella, sobre un Cessna 172; él, Marcos Martín, en un RV-7, juntos a la par. La ceremonia fue en el Aeroclub La Plata, en el lugar donde se conocieron y donde se celebró la fiesta. 

Ir a la nota original