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Un nene argentino con autismo se coló en la audiencia del Papa Francisco y lo saludó

El niño se escapó de su madre y subió a la zona donde estaba sentado el Sumo Pontífice. Lejos de hacerlo sacar, Francisco se refirió al episodio: "Es libre, indisciplinadamente libre".

Un niño argentino fue el protagonista en la audiencia general del Papa al acceder al escenario del Aula Pablo VI para jugar durante algunos minutos y sobre quien Francisco hizo una broma al decir que era argentino, y por tanto "indisciplinado".

El niño estaba sentado en las primeras filas de la sala, donde se sitúan los enfermos, y en un momento determinado escapó de su madre y subió a la zona donde estaba sentado el Pontífice celebrando la audiencia.

Primero se puso a jugar alrededor de uno de los guardias suizos y a correr por ese espacio. Luego se acercó al Papa y este le pidió que le diese un beso.

A la salida de la audiencia los padres del niño, argentinos, pero que viven en Italia desde hace años, explicaron a los medios entre risas, que la acción del niño "no estaba programada" y que es "una de esas cosas hermosas que regala Dios".

"Wenzel estaba un poco aburrido y, sin esperanza de que fuera a hacerlo, le dijimos que si quería saludar al Papa, que fuera. ¡Y no lo pensó dos veces: se fue!", relató el padre del pequeño.

La madre contó que Wenzel Eluney tiene "un autismo bastante grave, no verbal" y que "nunca obedece", pero que cuando le dijo en broma que fuera a saludar al papa "se largó".

"¡No lo podía creer! Subí para agarrarlo y le conté al Papa que somos argentinos y que si le podía dar una bendición. Me dijo que le dejara estar arriba, pero cuando vi que iba correteando, le dije a su hermana que lo fuera a buscar pero el Papa me hizo señas para que le dejara", comentó la madre.

Después Jorge Bergoglio se giró hacia el prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Gaenswein, y le dijo sonriendo: "Es argentino... indisciplinado". Durante varios minutos, el niño correteó libre por el escenario e incluso una nena también subió para intentar, sin éxito, llevarlo a su sitio.

Después el Papa, durante los saludos a los fieles de lengua española, explicó que el niño no podía hablar pero "sabe comunicarse y expresarse" y que era "libre" y bromeó: "indisciplinadamente libre".

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