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El festejo del Padre Axel y sus ganas de volver a la cancha: “no veo la hora de estar allí”

Axel Arguinchona, el reconocido religioso hincha del Sabalero, contó cómo vivió la histórica consagración del equipo. “Me imaginé regresar a la cancha con un corazón más rojinegro que nunca”, dijo.

El Padre Axel Arguinchona es, dentro del ámbito religioso, uno de los fervientes y reconocidos hinchas de Colón en la ciudad de Santa Fe. Desde su fanatismo, contó cómo vivió la histórica consagración del Sabalero el pasado viernes, cuando el elenco santafesino conquistó el primer título de su historia.

Uno se sintió muy cómodo con Colón todo el torneo. Cuando ganamos con Talleres un partido muy difícil, cuando ganamos con Independiente con claridad, sentí que íbamos a salir campeones. Vi que era un equipo sólido, con una virtud importante que es la humildad. Domínguez es humilde. El trabajo se hizo desde la fe y con un proyecto de comunión y cuando es así, los resultados se dan. Cuando Bernardi hizo el segundo, la cosa estaba casi terminada”, comenzó diciendo Axel.

Además, destacó lo que para él fue la principal virtud de Colón en el torneo. “La humildad es madre de todas las virtudes. La humildad hace que uno se ponga al servicio de los demás, nunca por encima. En este caso concreto, después de 116 años, uno ve que el trabajo de una institución, con aciertos y errores, se fijan objetivos y sabe que los resultados exigen tiempo, todo llega. Cuando fuimos a Paraguay en 2019, volvimos mucho más Sabaleros y más identificados con Colón: sabíamos que en el corto plazo se iban a dar estos resultados. Santa Fe tiene su primera estrella”.

“Hace muy poquitos días se decía que Santa Fe no tenía un equipo para tener estrella: no nos faltaba mucho. Hagamos nuestro esfuerzo cotidiano para alcanzar objetivos como este: hasta hace meses, era muy difícil. La primera estrella está entre nosotros”, agregó.

Por otro lado, se refirió a los multitudinarios festejos. “Tenía que ser en casa. A mí me costó quedarme en casa, pero tenemos que pensar con un sentido de bien común. Nunca hay que poner algo particular por encima de la sociedad. La situación no es fácil, todavía falta mucho para salir. Tenemos que saber que tenemos que ser responsables y siempre tenemos que poner el nosotros por encima de lo mío. Una lástima que no se haya comprendido. El festejo se tendría que haber llevado adelante en casa. Es difícil dominar una pasión. Esperemos que no se traduzca en nuevos casos”.

Finalmente, describió sus sensaciones cuando sonó el pitazo final. “Cuando terminó el partido, fue agradecimiento a Dios y la Virgen de Guadalupe. Me imaginé regresar a la cancha con un corazón más rojinegro que nunca, con pasión, pero sin perder la razón. No veo la hora de estar allí, en el cemento de Colón alentando, gritando compartiendo en familia Sabalero”.

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